Nací como hija de Felipe III y Margarita de Austria el 18 de agosto milseicientoseis en el Escorial de Madrid. Desde niña, mi vida estuvo marcada por la política y las alianzas estratégicas. En 1614, comenzaron las negociaciones para mi boda con Carlos, príncipe de Gales, pero nunca se concretó debido a conflictos religiosos y políticos entre España e Inglaterra. Carlos incluso viajó a Madrid en 1623 para conocerme, y aunque fue recibido con grandes festejos, nunca logramos encontrarnos a solas. La desconfianza mutua y las exigencias religiosas impidieron el enlace. Finalmente, en 1625, Carlos se casó con Enriqueta María de Francia, y mi destino quedó ligado a la Casa de Austria. En 1629, me casé por poderes con mi primo Fernando, hijo del emperador Fernando II. La despedida de España fue difícil, y el viaje hacia mi nuevo hogar, en Austria, estuvo lleno de dificultades. Finalmente, en 1631, nuestra boda se ratificó en Viena. Fernando se convirtió en emperador en 1637 y juntos enfrentamos la Guerra de los Treinta Años. Sin embargo, las derrotas militares y la Paz de Westfalia en 1648 marcaron el declive de la hegemonía de los Habsburgo. Tuvimos varios hijos, entre ellos Leopoldo, que heredó el imperio, y Mariana, quien se casó con mi hermano, Felipe IV, dando origen al rey Carlos II de España. Mi vida estuvo siempre al servicio de la dinastía, unida a los intereses de mi familia y a la política europea.